martes, 4 de diciembre de 2007

Adios Queenstown...

A diferencia de escribir desde el backpacker o casa, esta vez decidí escribir desde lo más alto de la península de Banks, unos kms al sur de Christchurch. Un lugar alucinante, de ensueño y retiro al cual estuve a punto de no venir por estar corto de tiempos, pero que, gracias a Dios, decidí venir igual. Por lo cual el momento que vivo al compartir estos versos es para mí muy preciado…
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Luego de mi agotadora experiencia de tener 2 laburos, cerré la etapa Qtwn como se merecía!

El último jueves de noviembre nos fuimos com Mike y con Juampi (rosarino que conocí jugando a la pelota y con quien casi me vengo a recorrer toda la isla sur) a Glenorchy, que es un pueblito muy chiquito y sencillo a 60km del town, que no nos pareció gran cosa, pero al que se llega por un camino bordeando el lago que es precioso! Pegamos un buen almuerzo yankie y nos tiramos a la sombra de unos árboles a tomar unos especiales matienzos y a charlar de las cosas lindas (y extrañadas de la tan querida argentina…).

El viernes decidimos con Gari y con Julito (un chilote que empezó a trabajar en el bar conmigo) hacer un asadito en la orilla del lago y dicho y hecho, pegamos unos buenos bifes (hacer un verdadero asado es más complejo por estos lados…) y la relajamos en una tarde alucinante a la vera del laguito.
Un momento de los especiales. Es más, habiendo prometido no irme de Qtwn sin meterme al lago, ese día fue el dia de las promesas cumplidas y los “documentos “ lo comprueban (Ver videíto)!! A la tarde, después de la BBQ y de la zambullida, tuve mi última noche en Speights, que, como para que no lo extrañe mucho fue una noche de las más movidas que tuve, terminando tan tarde de registrar hora record.
Pero el cansancio jamás opacaría la última salida en el “pequeño Bariloche” . Y para mi gran sorpresa, y Juampi me llevaría a bares chiquititos pero con TODA la onda, perdidos entre los callejones de mismo town al que uno se lo había recorrido “por entero” (evidentemente no). Una noche acorde a las experiencias vividas por estos pagos…

El sábado fue día de preparativos, lavar ropa, terminar el dulce de leche, y en particular de la última cena con Miguelito. Momento que uno soñaba como emotivo, pero que
lamentablemente se caracterizó por descargar nervios, miedos y tensiones de la incertidumbre del no saber que se viene y el lamentar tener que hacerlo solo. Pero con el aliento de mi house-mate y esperanza de que el mismo viaje me sorprenda y con el embrague pidiendo pista salí a recorrer la isla norte!

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