miércoles, 5 de septiembre de 2007

Que dura que es la vida, che!

El miércoles 29 de Agosto, me desperté a las 9 am para entrar a laburar. Y como el hotelcito estaba medio movido, pude pegar algunas horas extras, por lo cual, después de 12,15hs de laburo ininterrumpidas, me fui a dormir a las 24hs. Y a las 6 am ya estaba arriba de nuevo para pegar otras 8 horitas de laburo, tras las cuales armé el bolsito y me fui para Gisborne, a disfrutar mis días libres… En Gisborne vive un brazuca que hasta el momento no lo conocía: Douglas Machado, amigo de Gaby Gorman (una amiga de Baires). Resultó ser muy buena onda y se re portó D10 conmigo, hospedándome en su “casa” y llevándome a conocer toda la costa este. Pero no nos adelantemos a los hechos…
La primera curiosidad del viaje fue que yo calculaba que duraría 3hs a los más, cuando la ida terminó siendo de 6!!! Y si recuerdan las horas de laburo que traía acumuladas, el viaje fue una hazaña… Salí a las 16,15 con las acostumbradas lluvias torrenciales de la montaña, sin tener muy claro cuál era el camino ideal. Pueden apreciar en el mapa que no hay un camino directo desde Mt Ruapehu a Gisborne, y no queda muy claro si conviene ir por Rotorua o por Napier. Pregunté en el hotel y en una estación de servicio y no supieron decirme con certeza, a lo cual me incliné por Rotorua y desviarme a mitad de camino por el Waikaremoana Lake. Ya había hecho 3 horas de viaje y me iba dando cuenta que no estaba llegando, y la cabeza empezaba a trabajar a mayores revoluciones a medida que iba oscureciendo y el destino no se alcanzaba. Ante la desesperación (uno llega a pensar en cualquier cosa y el cagaso aparece a flor de piel, aunque ahora en frio no se entiende mucho cagaso a qué…) decidí parar en un pueblito de mala muerte (Murupara) a preguntar, ya que no estaba completamente seguro de si por el lago se podía llegar (es un parque nacional y quizá tenía calles de ripio o caminos de montaña que no convenía hacerlos de noche). Paré en el hotel, que tenía un aspecto a cantina de pueblo que dejaba bastante que desear, y por suerte me comentaron que no me convenía ir por el lago (este pueblo era justo el lugar en el que me tenía que desviar!!) y me confirmaron que faltaban al menos 3 horas de travesía (gran desilusión que casi me hace regresar) y me re-direccionaron por unas rutas internas que si no me las marcaban ellos nunca hubiera llegado. Más perdido que nunca, tratando de entender las indicaciones de la recepcionista maorí, salí nuevamente a la aventura. Después de esquivar al primer wallabi que se me cruzó en medio de la desértica ruta interna y de darle de lleno al segundo, las cosas empezaron a entrar en armonía… De pronto la lluvia amainó, aparecieron las estrella, la luna llena iluminó los senderos y la noche se convirtió en una de cuento de hadas! Todo en el momento en que apareció el cartel que rezaba “Gisborne 202km”…
A eso de las 22,30hs limado y consumido a lo Pipa Roca, llegué a destino y me encontré con Douglas… Metro setenta, flaquito y cabezón, un brasileño con rasgos hindúes y que habla perfecto español, aunque alternamos inglés y español durante todo el fin de semana como si fueran el mismo idioma.
Fuimos a su “casa”, que lo vuelvo a poner entre comillas porque él vive en una antigua iglesia católica toda de madera, hecha casa y muy bien equipada: LCD de 1000’, Home theatre y equipo de audio de alta fidelidad con sonido 3D y todo, sillones a lo Joey y Chandler, jacuzzi y sauna incluidos… Vive con una pareja bien despareja, un Kiwi 2 Dan en Judo y una mina de Zimbawe (mas negra que el carbón) que son re tranquilos y muy buena onda y de lo más hospitalarios. Además justo cuando llegué estaban bailando a todo trapo con la música zimbaweña a todo volumen y con luces UV y flashes instalados en el living de la casa… Me dieron un cuarto con cama matrimonial, tele, internet wi-fi, escritorio, estufa y todo. Parecía la suite de lujo del Chateau!
Después de dormir como un Bebé, el viernes a la tarde estrené el traje de baño y la muscu en NZ y nos fuimos con el tutu de Doug a recorrer una península que quedaba cerca y que es increíble! Península de Mahia (casi como mi hnita querida!). Me mostró una montaña que le llaman “Young Nicks Head” pues es lo primero que vieron los ingleses al descubrir NZ (Young Nick fue el que avistó tierra, bajo la capitanía de James Cook). Ahí me enteré que la bahía donde está Gisborne le llaman Bay of Poverty pues los ingleses no encontraron nada para negociar con los Moaries, mientras que más al norte está Bay of PLenty, donde la cosa fue mucho más productiva. Además Gisborne es la ciudad que primero ve el sol del mundo, y es uno de los lugares privilegiados de NZ para hacer surf y cultivar frutas… Y a la noche salimos a conocer los bares… Me presentó a una pareja de brazucas que están estudiando ingles allá y algunos kiwis más. Muy tranqui, todo tecno, un poco de pool y a la 1,30 ya estábamos de vuelta.
El sábado clave unas fish & Chips, que es una comida muy tradicional de acá, básicamente pescado rebosado y frito con papas fritas. Muy rico. Y a la tarde fuimos a conocer las playitas! El momento esperado. Aunque me llevé cierta desilusión al ver que estos kiwis (gallegos?) no tienen ni un parador, ni barsucho, ni balnario ni nada. Todas playas vírgenes y vacías… QUE LES PASA A ESTOS CHABALES?? Buenas olas y mucho surfer, eso sí! Clavamos con el compañero unos Gin Tonics y unas rabas en el puerto y decidimos hacer un asadito! Mi emoción no cabía en mi!!! Y aunque fue más una barbacoa que un asado, ya que filetean toda la carne porque no saben hacerla entera, y de que al no haber “chaco” (carbón vegetal) tuvimos que contentarnos con un carbón artificial bastante choto para la causa. Pero nadie nos quita lo bailado, de clavarnos una para de cordero y unos bifes de chorizos en NZ!!! Luego, al mismo bar de la noche anterior, que tenía una DJ con toda música electrónica. Ni una cumbia, loco!!!
El domingo nos lo tomamos bien tranqui con soda y mucho huevo frito de desayuno. Tan solo nos molestamos en ir a tomar unos milkshakes e ir al cine a ver la movie de Catherina Z Jones. Medio pelo la peli, mucha facha estar en NZ en el cine! Otra vez.
El finde, en resumen, fue una masa y fue clave para salir del encierro del hotel, ver el sol, que acompañado de la playita resultó la melhor combinacao posible, justo cuando se cumplió un mes desde que empecé a laburar en el Chateau.
Y la vuelta, mucho más lógica, de 4,30hs, para llegar, almorzar, y volver a trabajar. Y volver a la rutina… Pero renovado!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Claro, no? Península de Mahia... y una de Kahro no??? jajaja te extraño hno!! tkm