jueves, 22 de noviembre de 2007

Time is money and money means no time...

Trabajar entre 13 y 15 hs por día, alrededor de 65-75 hs en 5 días no es moco de pavo.

El cuerpo pesa cada vez más, la cabeza no para y no tenés un minuto para ocuparte de las cosas importantes que uno necesita (ver tele, leer el olé, chuparse el dedo e invertir tiempo en perder tiempo no haciendo nada útil del tiempo, llamesé: no hacer nada…). No es joda saber que si no dormís la parís el resto de la semana, pero que si lo único que hacés es llegar del laburo para acostarte a dormir y a las 7hs levantarte para volver a trabajar tampoco es la ecuación perfecta… Además llegás TAN limado que das vueltas en la cama, con el bocho a 3 mil por hora, como mínimo 1 hora… Como necesitamos relajarla!!! Tener ese precioso tiempo de contemplación (de la caja boba), de meditación (de porqué flota el punto de las “i” sin caer, QUE carajo lo sostiene???), de fina degustación (del combo de Mc Donalds), de profunda expresión (musical en los maravillosos 45 minutos debajo de la ducha) y todas las hermosas variantes del etc.!!!

Pero aún así, con todo el cansancio que contrajo, estoy muy contento de estas semanas de sobrecarga. El trabajar reanima el espíritu, te alegra el alma, te hace valorar y exprimir los momentos libres de nuestra semana (y te engorda el bolsillo trasero derecho del levis, boló!).

Y hablando de los momentos de libres, de pronto 15 cortos minutos pasaron a ser 15 monedas de oro! Los 15 minutos de la ducha matinal + los 15 minutos entre los laburos (de siestecita en la plazita al mejor estilo siesterets en la barranquita en frente del colegio) + los 15 minutos de la birrita gratis al terminar el bar. Cuanto puede llegar a valer una hora!!! Ja!

Y lo más increíble es como un fin de semana, pasa a ser unas vacaciones de lujo! Nunca las necesitaste más, nunca las aprovechaste tanto, y nunca las extrañaste sobremanera cuando pasaron…

El “finde” (martes y miércoles) del 13 y 14 tuvo 2 actividades espectaculares… El martes 13 finalmente pudimos con el Gari cortar la maldición y conseguimos hacer Milford Sound! No alcanzan las palabras para describir la belleza del lugar, por lo cual les recomiendo las fotos… Muy lindo (aunque quizá nuestras expectativas eran tan o más altas)! Pero sin lugar a duda lo más lindo fue que conseguimos la excursión de arriba, gracias a que Miguelito trabaja en un backpacker. El miércoles, también tuvimos una de las actividades más espectaculares desde que llegué a NZ! Hicimos huevo todo el dia!! Y como frutilla del postre (y precisamente hablando de postres…) cocine el tan extrañado, añorado y necesitado manjar de los dioses, orgullo nacional y deleite internacional: dulce de leche! No alcanzan las palabras para describir la belleza, por lo cual les recomiendo las fotos… Me tiraron el dato de que si ponés una lata de leche condensada a baño maría por 4hs, obtenés dulce de leche. Yo medio incrédulo, pero soñador procedí a realizar el experimento y no les miento ni exagero cuando les digo que al abrir la latita, lo que había adentro era el más exquisito dulce de leche, del mismo color del Gándara y el mismísimo sabor del La Serenísima Estilo Colonial… Estoy como que descubrí oro. Hoy ya puse 3 latas en vez de una… Ja!

El siguiente finde, nos fuimos con Michael a Dunedin, que es la 2da ciudad más importante de la isla sur, después de Christchurch. Dunedin es conocida como la ciudad de los estudiantes, y debido a ello famosa por sus fiestas y su movimiento nocturno. Bueno, les cuento que, o llegamos a otra ciudad, o es todo una mentira, porque a eso de las 22hs ya no encontramos lugar donde comer y todos los bares parecían replicar la desolación de las tabernas del far west. Pero eso no impidió que nuestra noche sea poco festiva. Encontramos un backpacker muy barato con jacuzzi, a lo que después de darle una vuelta al puerto, a la muy bonita península de Otago y al mega combo de Mc Ronald, nos clavamos un vinito blanco a la vera de las estrellas y a la luz de la luna, a la caricia de la cálida agüita y las relajantes burbujas del chorro del artefacto. Fueron horas de dulces masajes y profundas charlas en el mismísimo lugar del mundo al que fuimos predestinados a ocupar esa misma noche.

Al día siguiente nos fuimos con una sola idea fija en la cabeza: PLAYA!! Y siguiendo las indicaciones del amigo que atiende el mercadito de la BP (estación de servicio top de NZ) nos fuimos unos 15kms al norte de Dunedin, a unas playas paradisíacas en un pueblito divino llamado Werrington. Algo tienen estos kiwis (se sigue confirmando mi teoría de que NZ fue descubierta por los gallegos y no por los ingleses…), porque si bien tienen playas alucinantes, no hay gente y no hay paradores y no hay fulbito y no hay helaoo helaaaaaaaaaaooooooo y no hay minitas y no hay nada! Solo surfers y algún viejo paseando al perro… Pero no fue inconveniente para que tomemos sol y birritas y peguemos bronce y taquicardia al meternos al mar que estaba más frio que las posibilidades del rojo de salir campeón! Unas 5hs de playa en todo su esplendor…

Al relato del finde solo habría que agregarle los hermosos caminos de ida (a través de Milton) y vuelta (por Palmerston y Ranfurly) y algo a lo que hacemos vista gorda tanto en el blog como en la vida real, ya que no nos interesa ni pensar en ello, y que de la única manera que se los puedo comentar es camuflado: la vida es bella, el amor es como la luna, el embrague de la nave ta muriendo y el sol y los pajaritos son hermosos…

2 comentarios:

Unknown dijo...

Juanpi, excelente tus narraciones, las disfruto mucho cuando las leo. Es un placer saber que te esta llendo bien y que le pones alma corazon y vida ( como diria La SOLE) desde aca un muy fuerte abrazo, segui asi

NACHO

luis.W dijo...

Muy bueno el relato y las fotos del elixir,(media trola la del yacuzi)espero que aguante el embrage o salga barato.
Amor y paz!!