sábado, 29 de diciembre de 2007

Codeándonos con la high...

Aterrizamos en el aeropuerto de Sydney solo 1 hora más tarde de la partida del vuelo desde NZ. No es que el viaje dure solo eso, ni que el reloj se nos haya parado. Simplemente que (ajusten sus relojes) Sydney tiene 2 horas menos. Por lo cual ahora para saber en qué horario estamos a la hora de argentina le tienen que sumar 14 vueltas de la manecilla mayor.

Nuestro primer gran desafío era pasar la aduana. Pero salimos airosos, trayendo comida y todo, ni nos abrieron los bolsos. Solo revisaron si estaban embarradas las estacas de la carpa. Pero el segundo desafío ya fue mayor: conseguir un lugar para vivir. Aparentemente a la gente le entusiasma pasar año nuevo en esta ciudad. Una teoría dice que es por los fuegos artificiales desde el puente, frente al Opera House. Pero nosotros creemos que lo que realmente pasó es que se enteraron que veníamos para acá. Cuestión que TODOS los Backpackers estaban repletos. Ninguno tenía lugar ni en los pasillos. Tuvimos que contentarnos con el “City Resort Hostel” que de Resort no tiene ni la entrada principal. Es un sucucho de mala muerte, sucio y lleno de orientales, por lo cual se imaginarán lo contenta que está la Coqueta. Pero el colmo de los colmos fue que la única habitación que conseguimos fue compartida con una pareja de koreanas (y no nos referimos a una pareja de amigas, no sé si se entiende…). Nuestro primer “programa” fue ir a King Cross (un barrio bastante sucio y feo), donde abrimos una cuenta conjunta de banco (chan!!!). Esto de estar firmando contratos juntos fue un tanto vertiginoso… Je! Depositados los millones, nos sentimos preparados para empezar a planificar las excursiones de este fantástico viaje. Conseguimos una agencia que nos armó un paquete a medida y con solo mirarnos supimos que era nuestro destino. Así es que el 17 de enero partimos a recorrer la costa este del país. Byron Bay, Surfers Paradise, Brisbane, Noosa, Fraser Island que es la isla de arena más grande del mundo (con excursión de 3 días en una camioneta 4x4), Magnetic Island, Mission Bay, Whitsundays que son unas islas paradisíacas (donde haremos una excursión en velero, parando en las playas de las islas y mucho pero mucho snorkel en la barrera de coral) y Cairns (también en el coral, donde haremos buceo y más snorkel). La verdad que un viajón! Después de soñar, nos tocó chocar con la realidad de que si no íbamos al super, no comíamos… Por lo cual terminamos en un extraño supermercado de 2 pisos. Extraño porque no se puede llevar el carrito de un piso al otro, y tenés que usar 2 carritos y subir todo lo de abajo en canastos. La verdad que bastante gallego el tema. Finalizado el trámite, siendo las 20hs y habiendo solo ingerido el snack del avión, nos avocamos a deglutar una magnífica pata de pavo, con ensalada con salsa de honey-mustard y un sensacional pote de helado de 2 litros de Cadbury. Qué tal????? Y con la panza llena y el corazón contento, nos fuimos a dormir con las koreanitas…

El 2do día por estos pagos nos dedicamos a caminar la city, lo que levantó mucho nuestra impresión de la misma ya que el primer día no nos había parecido muy linda que digamos. Salimos a pasear con un único objetivo: conocer la famosísima Opera de Sydney. Pero en el camino nos encontramos con el Hyde Park, el museo de Australia, la biblioteca pública provincial, el parlamento, la casa de gobierno, los jardines botánicos, el hospital, la cafetería Lindt y todas las más importantes casas de ropa del mundo. Los edificios y los parques, de no creer. Finalmente vislumbramos nuestro objetivo y nuestra emoción fue grande. Y luego de sacarnos 3 fotos con el majestuoso edificio de la opera, se nos murió la batería de la cámara de fotos, lo que nos dio la perfecta excusa para volver. Recorrimos la Opera de pies a cabeza, y hasta hicimos el intento de colarnos en un tour de $27.50 australianos. Pero no nos íbamos a ir sin echar un vistazo a la cartelera… Nos copamos con dos espectáculos: LE GRAN CIRQUE y LA BOHÈME. Ya tenemos entradas para la primera porque el chini no lo dudó y eligió regalarle a su novia las entradas para su cumpleaños… Flor de regalo eh?! Para la segunda vamos a intentar conseguir unas de las 10 entradas disponibles para ver parados, que se venden a primera hora el día de la función. Así que el 4 de enero habrá que madrugar y hacer cola desde temprano. Con las entradas en mano salimos felices y contentos a buscar algo para comer, dormimos siestita en el Hyde Park y fuimos a una aburridísima misa en la Catedral.

Mañana tenemos la idea de ir a pasar el día a una de las playas cercanas.

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