domingo, 5 de agosto de 2007

Rumbo al Chateau

El domingo a la noche cerró con una mala. Se me cayó la compra del auto. Lo que implicó que el lunes arrancó recorriendo las compañías de bondi para averiguar cómo ir a Matamata (al Waikato Stud, que es el haras donde trabaja el Jono) y enganchar al día siguiente para Whakapapa (Se pronuncia Facapapa. Es el pueblito donde está el Chateau). Cuando averigüé los precios y caí en la cuenta que se me pinchaba la visita al Jono y la entrevista con Jeremy (uno de los del haras), empecé a buscar autos hasta abajo de las baldosas. Y me estaba por ir cuando me llama el peruano diciendo que había conseguido reemplazo para su auto y que me lo podía vender, me puse como loco! Que fortuna que me viene acompañando!!!
Y así como pestañea un orangután calvo, ya tenía en mi poder un Mitsubishi Galant GLXI 95, sedan 2.0, blanco nieve, dirección hidráulica, levantavidrios eléctricos en las 4 puertas… Una joyita. El tramite, de no creer, lo hicimos en 10 minutos en una casa de correo. Eso fue todo. Y así como lo compré, ya lo puse en la ruta rumbo al Stud, que queda a 2hs de Auckland.
Ese fue el comienzo de un capítulo importante de esta aventura. El lunes a las 19hs me encontraba con el Jono en un barsucho fachero de Matamata, (un pueblito tranquilo pero muy pintoresco), chupando unas birritas. Un momento de calidad del viaje. Después nos fuimos al Stud, nos clavamos unos habanas de chocolate y cerramos la noche. A la mañana del martes, Juancho me esperaba en su recreo matutino con un cafecito y unas tostadas con miel que cotizaban… Después salimos y me mostró todo el parque del haras y me fui a la entrevista con Jeremy, que no fue más que un saludo, el comentarle que ahora me iba para el esquí, pero que si salía alguna posibilidad cuando pase la temporada de nieve, yo veía con buenos ojos el trabajar por ahí. Aproveché para conocer bien el lugar mientras Juancito pintaba los boxes. Almorzamos una buena pasta con salsa a la Hermida y me encomendé a la ruta otra vez.
El viaje fue muy copado. Manejando mi nueva nave a través de las rutas kiwis… Me sentía el más bacán! Caminos sinuosos subiendo y bajando montañas, faldeando el lago, entre paisajes de Heidi, y ovejas blanco fluo. Lluvia intermitente con contados destellos de sol decoraban la travesía.
Recién he arribado al Chateau. De no creer en el lugar en el que estoy! Ni pasé más allá del Hall y ya estoy maravillado… El Hotel es IN-CRE-I-BLE!!! El lugar, soñado! Mi estado anímico: ESTOY COMO LOCO!!!
Ya me ubiqué en mi pequeño nido, un cuartito en un complejito sencillo en frente del hotel. Mi cuarto, el N°10, me hace acordar mucho al típico cuarto de casa de retiros: 4x3, cama ropero, lavatorio y espejo son todos sus condimentos.
Mañana al mediodía firmo los papeles de contrato laboral y calculo que a la tarde arranco la buena vida… Ja!

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