martes, 9 de octubre de 2007

Kapital City!

Me fui nomás para Wellington, dejando los 2 meses en el Chateau detrás. Y después de la tormenta de nieve al salir de Tongariro National Park, el viaje supo ser de lo más placentero. Más paisajes de campo, ovejas y vaquitas, praderas verdes y lomadas arboladas. Casi me atrevo a decir: “Más de lo mismo!”. Je! Muy lindo, pero casi que ya me acostumbré… La novedad fue al llegar a los suburbios de la capital, donde me reencontré con el mar (una mezcla de azul, verde y gris alucinante!) que jugaba a los abrazos con la montaña: se metía entre las montañas para formar bahías que casi se las podría denominar piletas, y salía para chocar sus olas en los acantilados por los que merodeaba la Motorway 1, haciendo alusión al último álbum de ‘Vos También’ (U2), Vertigo… Un espectáculo. Y Wellington es eso, una ciudad portuaria, calzada sobre la falda del monte Victoria (viva la reina – todavía no entiendo como siguen siendo colonia británica!!) metida en una bahía en la esquina inferior izquierda de la isla norte, rodeada de más bahías y montañas. Realmente INCREIBLE! Además es mucho más grande de lo que pensaba. Llegué al city center de casualidad, y ante lo perdido que estaba solo atiné a entrar a un Mc por un mega combo!

No había llegado a la recepción del hostel cuando ya me estaban ofreciendo un laburo para transportar cajas por 2hs. La cantidad de oferta laboral que hay allá es innumerable! Y fue muy fuerte volver a entrar a un bar y ver… gente!! Hace tanto que estaba encerrado en la montaña que me había olvidado lo que era la noche. Y no es que la quiera comparar con joda en Argentina (estos kiwis no entienden nada de nada de cómo divertirse!), pero era algo más parecido a la idea de noche que uno tenía antes de ir para el Chateau. Además llegué justo un miércoles que es la student’s night, lo que significa: cerveza y bebidas con vodka, ron o whisky por solo $3. Muy divertida la noit.

El jueves me fui a recorrer todo Welli con La Flaca, una rosarina fenómena que viajó con Gavo en Asia y que fue organizadora del CLEIN (y compañera de Ing Ind del Polo y la Vero). Ella estaba hace 5 meses en la ciudad por lo cual me mostró todas las virtudes de la ciudad más ventosa del mundo. No exagero, no saben lo que era el viento! UNA LOCURA! Te levantaba del suelo… Recorrimos la costanera, fuimos a la playita, caminamos por el centro y terminamos en un tour en el parlamento. No saben lo que es ese lugar. Y después del city tour fuimos a cenar a los de unos argentinos muy piolas. El viernes se fue la Flaca para argentina, pero justo coincidí con 2 de las minas que laburaron conmigo en el hotel, así que fuimos a tomar unos mateicos a la playa. Duramos 2 minutos por el viento, así que se nos ocurrió ir a ver si conseguíamos entradas para el partido de los Lions (equipo de rugby de la ciudad) vs Southland. Pusimos como tope pagar $50, pero nos sorprendimos al encontrar las entradas a $16! Una masa. Así que, así como así, terminé viendo rugby profesional en el país del rugby! No podía contener la emoción… El sábado subí al cerro victoria que te da una vista 360 de Wellington, el puerto, el aeropuerto, el estadio y demás. Después me subí a la nave, y me fui recorriendo la costa hasta no poder seguir. Mar, montaña, islitas, playitas y varios pueblitos se conjugaban en un pintoresco atardecer. DIVINO! Y más tarde me fui al Te Papa Museum, “EL” museo de NZ! No me pareció nada del otro mundo…

La verdad que, como se debe notar, me encantó Wellington y me vi tentado MAL a quedarme. Lo único que le podría criticar es el viento y el precio de los parquímetros ($4 la hora!!!!!!), pero aún así aluciné. Pero tenía un compromiso (lavar autos en Hertz) y un objetivo en la isla sur (si hubiera sabido todo lo que me terminaría pasando, definitivamente me hubiera quedado…). Ja!
Te estás preguntando qué pasó…?
En el próximo capítulo…

2 comentarios:

luis.W dijo...

Grande Juampi, te seguimos de cerca.
Besos

Anónimo dijo...

Sos un capo Juampi, muy bueno lo que contás, en cualquier momento me tomo un avión y me voy para alla, ganas no me faltan.
Un abrazo
El polac